Buenos Aires, 25 de abril de 2019. Ryokyu Nakayama, ciudadano japonés, sacerdote responsable de Nichiren Shoshu de Argentina, religión e institución reconocida por las autoridades argentinas y con 20 años de presencia en el templo de Avenida Carabobo 257 CABA, manifiesta: “Las acusaciones de Cecilia Califano contra mi persona son falsas y sin ningún fundamento. En la Justicia fue probada mi inocencia y resguardado mi buen nombre y honor y la dignidad del culto de Nichiren Shoshu, también atacada. Califano deberá responder por los daños que sus actos ocasionan.”
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional con sede en Buenos Aires, Argentina, confirmó el 25 de abril de 2019 el archivo de la denuncia de Cecilia Califano. La decisión judicial corrobora que la denuncia de Califano contra Nakayama es injusta e infundada y fortalece la fe budista de la comunidad de Nichiren Shoshu.

No contenta con la primera causa penal archivada, Califano me querelló en una segunda causa por captación de voluntades con fines de explotación, acusándome a mí y al Templo de “trata de personas”. El Juzgado Federal N°1 ordenó archivar la causa, Califano apeló el sobreseimiento. La Cámara dispuso que se hicieran nuevas investigaciones dándole la oportunidad a Califano de ser escuchada en el Tribunal y presentar pruebas. El Juzgado, luego de escuchar la declaración de Califano y otros testimonios, ordenó nuevamente el sobreseimiento y el archivo de la causa. Califano apeló otra vez y con fecha 9 de agosto de 2019, la Cámara Criminal y Correccional Federal – Sala 2 – confirmó mi inocencia y el archivo de la causa. La investigación había sido agotada sin pruebas de ningún delito.
A esto llamo persecución. El uso de la Justicia para ofender, sin ningún fundamento, a mi dignidad, al culto de Nichiren Shoshu y a la comunidad de los creyentes.
Aquí, la parte final de la sentencia de Cámara:

Las dos causas penales iniciadas por Califano están definitivamente terminadas, una por supuesto abuso y la otra por trata de personas con sobreseimiento firme o sea en primera y segunda instancia se declaró la inocencia del Reverendo Nakayama. Básicamente, 2 fiscales y 6 jueces coincidieron en que NO HABÍA NINGÚN DELITO que investigar aclarando expresamente que la formación del sumario no afectó el buen nombre y honor del Reverendo Nakayama.
¿Nos preguntamos hasta cuándo Califano podrá seguir impunemente hostigando y dañando la imagen, el buen nombre y honor de una persona digna dedicada diariamente al culto budista? La justicia civil tiene ahora la respuesta en la causa iniciada por el Reverendo Nakayama contra Cecilia Califano por daños y perjuicios y para que termine con su acoso difamatorio.
